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  • Paulina Sallés Bastarica

Burnout: Síndrome del trabajador quemado en Profesionales de la Salud


El Burnout es un tipo de estrés laboral que emerge del enfrentamiento continuo a situaciones problemáticas, una alta demanda de rendimiento, tiempos irreales y objetivos inalcanzables que van más allá del esfuerzo que los profesionales puedan invertir y de la preparación, formación y capacidades que pueda tener.

Emerge en contextos de alta demanda laboral y emocional y bajo apoyo institucional. Puede darse en diferentes ámbitos; en educación, en el área empresarial, etc. Pero en esta ocasión nos centraremos en el área de la salud, que es un ámbito en el que se ve con mucha claridad, principalmente en enfermer@s, profesionales de la salud mental y médicos. Éstos se ven enfrentados día a día a una alta demanda de atenciones en ciertos contextos en los que no se otorgan las condiciones adecuadas para cumplir con su trabajo; teniendo que atender un alto número de pacientes en poco tiempo, con patologías severas, teniendo que atender emergencias y, en ocasiones, pacientes con mala disposición por el maltrato que reciben del sistema. Se suman además, en algunos casos, las precarias condiciones de trabajo, la insuficiente remuneración por la labor realizada y, en el caso de los profesionales no médicos, la poca validación percibida frente a los médicos, a pesar de la especialización, la importancia del trabajo realizado, las competencias y habilidades con la que se cuente. El Burnout se caracteriza por desgaste emocional, agotamiento físico, saturación mental, sentimiento de baja realización, trastornos digestivos, dolores de cabeza, insomnio, dolores de espalda y tensiones musculares. Se acompaña de sentimientos de turbación, frustración, temor y desesperación. Sus dimensiones son el agotamiento emocional, la despersonalización y la sensación de falta de eficacia en el trabajo. Se asocia a mayor ausentismo, rotación, intenciones de renuncia y renuncias efectivas. También se vincula a un menor compromiso organizacional, una disminución de la satisfacción y un aumento en los conflictos laborales.

Los profesionales comienzan a perder la sensibilidad frente a los problemas de los pacientes, a actuar de manera más automática y a tener un trato despersonalizado, pues su trabajo empieza a perder sentido, llegando al punto de hacerlos cuestionar, en los casos más severos, su vocación.

Es de muchísima importancia tomar conciencia del problema, entendiendo que se trata de una enfermedad y que no es algo que venga necesariamente "incluído en el paquete" de la profesión. No es simplemente un tipo de estrés que pueda solucionarse con unas vacaciones o practicando yoga, es mucho más complejo que eso, pues requeriría claramente cambios a nivel institucional y, probablemente en el sistema de salud a nivel macro. Pero lamentablemente, no podemos esperar que eso suceda para que las personas que están sufriendo Burnout se sanen.

Es necesario reconocer que se está "quemado" o "fundido" (que son las traducciones más exactas) y dejar de normalizar este estado. Pues es sabido que, en nuestra sociedad, estar estresado y muy ocupado, es incluso en algunos medios valorado como manifestación de status, signo de que nos está yendo bien.

El Burnout puede agravarse y volverse crónico, generar una relación negativa con el trabajo y la profesión y afectar otras áreas de nuestra vida, socavando nuestra salud y nuestras relaciones, si no es abordado a tiempo. Por eso es de suma importancia consultar a un psicólogo para evaluar cómo fue que llegamos a este estado y explorar un modo de salir de él, comprendiendo que necesitamos contar con una mirada alternativa, objetiva y especializada que nos permita mirar este fenómeno como un proceso que, claramente tiene relación con patrones personales. Entender que puede existir un nexo entre el Burnout y nuestra forma de relacionarnos con los demás y con nuestro trabajo, con la manera en que ponemos o no límites, con cómo nos involucramos emocionalmente, con nuestra forma de experimentar el mundo, etc.

El psicólogo también puede otorgarnos herramientas para sobrellevar mejor la situación en el trabajo, reparar vínculos, reorganizar nuestro estilo de trabajo, evaluar cómo queremos vivir nuestra vida, tomar decisiones y, en caso que sea necesario, asumir nuevos riesgos y tomar nuevos rumbos; respetando siempre los ritmos, intereses y decisiones de cada persona.

L@s invito a evaluar si están sumid@s en este problema. Yo ya lo viví y sé cómo se siente. También lo superé con terapia y he acompañado en procesos de psicoterapia a muchas personas que han superado el Burnout.

Puedes contactarme vía Whatsapp al +56 9 93384958

Paulina Sallés B. Psicóloga Clínica U. de Chile

Acreditada como Especialista en Psicoterapia

Magíster en Psicología de la Salud PUC

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